En la marina mercante, se conoce con este nombre a un libro en el que los pilotos, en sus respectivas guardias, anotan el estado de la atmósfera, los vientos, los rumbos, la fuerza de las máquinas con que se navega, la velocidad del buque y las distancias navegadas. Antiguamente, cuando los buques carecían de puente de mando cubierto, era costumbre guardar este cuaderno en el interior de la bitácora para preservarlo de las inclemencias del tiempo. De ahí su nombre.